Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://teganerag446955.dgbloggers.com/39022868/el-cabezazo-de-zidane-un-momento-que-quedó-en-la-historia